¿Cuáles son las diferencias entre una secadora industrial y una doméstica?

La secadora es uno de los electrodomésticos que más incertidumbre genera por el elevado coste energético que supone ponerla en marcha. Precisamente el coste del proceso de secado es una de las diferencias entre una secadora industrial y una doméstica.

A día de hoy el número de hogares que disponen de una secadora doméstica sigue siendo reducido. Al elevado coste de estos electrodomésticos hay que sumar que cada proceso de secado supone un importante gasto energético. Además, la gran mayoría de las secadoras domésticas tardan demasiado tiempo en secar la ropa.

En las lavanderías autoservicio se ha optado por instalar secadoras industriales, cuyo uso ofrece un mayor número de ventajas. Una de las diferencias entre una secadora industrial y una doméstica es que la secadora industrial tiene mucha más capacidad de carga. De forma que en cada ciclo de lavado se seca más ropa, ahorrando así tiempo y dinero.

Aunque sean más grandes y tengan más capacidad, las secadoras industriales han sido diseñadas para poder trabajar de forma más intensiva con un menor consumo energético. De forma que al usarlas estamos ahorrando energía, lo que a su vez se traduce en un menor volumen de emisiones nocivas a la atmósfera.

Cuando se usa una secadora lo que se busca principalmente es ahorrar tiempo y conseguir que la ropa se seque antes y es aquí donde encontramos otra gran diferencia entre las secadoras industriales y las secadoras domésticas, ya que las primeras tardan mucho menos tiempo en secar la ropa, haciendo que el ahorro de tiempo sea verdaderamente notable.

Las secadoras domésticas están pensadas precisamente para un uso doméstico y por eso su ciclo de vida es corto, de unos 5 a 7 años. En el caso de las lavadoras industriales, están pensadas para un uso mucho más intensivo y su ciclo de vida es mayor.