El cuidado de mis mantas al empezar la época de frío
Las mantas son uno de los textiles de hogar más importantes. Generalmente hacemos un alto desembolso en ellas y si las cuidamos adecuadamente nos pueden durar muchos años, de hecho la duración media de una manta está entre los 5 y los 15 años, pudiendo variar esa duración en función de factores como los materiales usados para la confección de la prenda o el cuidado que se da a la misma.
El cuidado de mis mantas en el uso diario
Cuando llega la temporada de invierno y usamos las mantas no debemos olvidarnos de airear la manta de vez en cuando, sacudiéndola previamente para eliminar el polvo y dejando que le dé el aire durante unas horas.
Si no tienes tiempo para dejar la manta aireando o hace mal tiempo, lo que puedes hacer es extender bien la manta sobre la cama y pasarle el aspirador a una velocidad suave. En caso de que detectes algún hilo suelo, nunca tires de él, lo mejor es cortarlo con tijeras.
El cuidado de las mantas tras el fin de la temporada
Una vez que acaba el frío es momento de guardar las mantas hasta el invierno siguiente. La manta debe guardarse limpia. Esta labor de limpieza puede hacerse en una lavandería autoservicio, que cuenta con lavadoras de gran tamaño ideales para este tipo de prendas. A la hora de hacer el lavado deben seguirse siempre las instrucciones del fabricante, que constarán en la etiqueta o en la caja.
Cuando la manta esté limpia y totalmente seca hay que guardarla en una caja o bolsa adecuada sin dobleces ni arrugas. Se pueden incluir dentro de la bolsa o caja algunas bolsas de aromas o antipolillas.
Para evitar que la manta se deforme o se estropee hay que evitar colocar objetos encima de la misma cuando está recogida.