Las lavadoras industriales se han hecho populares en los últimos años gracias en gran medida al incremento de la presencia en los paisajes urbanos de las lavanderías autoservicio.
Aunque se suele pensar que las lavadoras industriales deben tener necesariamente una gran capacidad de carga, lo cierto es que hay modelos que tienen una capacidad más moderada. Son las que se usan por ejemplo en los establecimientos de lavandería.
Lo primero que nos ayuda a reconocer si estamos en presencia de una lavadora industrial es precisamente esa capacidad de carga de la que hablábamos. Los modelos más pequeños suelen lavar unos 10 kilos de ropa, mientras que los modelos más grandes pueden tener una capacidad por encima de los 50 kilos.
Su tamaño es tan diverso para poder prestar un servicio de lavado eficiente que permita hacer un uso inteligente del agua. En las lavanderías automáticas hacen falta lavadoras grandes, pero no tanto como para que no resulte rentable su uso. Precisamente por ello, las lavadoras industriales que hay en este tipo de establecimientos suelen tener una capacidad de entre 10 y 20 kilos de carga.
Otro aspecto que ayuda a identificar estos dispositivos es que su estética es más robusta que la de una lavadora doméstica. Algunos modelos no cuentan con botón de comienzo del ciclo de lavado, ya que funcionan de forma remota, en conexión con la máquina de pago. Es decir, que cuando el cliente hace el pago en la caja central, la lavadora se pone automáticamente en marcha en el programa previamente seleccionado.
El consumo de agua también es significativo para ayudar a localizar este tipo de lavadoras. Al estar preparadas para un uso mucho más intensivo, su consumo de agua es más eficiente, al igual que el consumo energético. Estas lavadoras están pensadas para obtener buenos resultados de limpieza a la vez que se ahorra.