“Hazlo tú mismo” Algunos cambios sociales tardan mucho en poder ser apreciados, otros en cambio se notan rápidamente.
Es lo que ha ocurrido en los últimos años con la corriente “hazlo tú mismo” (“do it yourself”), que ha influido incluso en el auge de las lavanderías automáticas.
Si la crisis ha tenido un aspecto positivo es que como consumidores nos ha hecho darnos cuenta de que debemos valorar más los recursos que tenemos a nuestra disposición y no debemos despilfarrar.
Las nuevas generaciones están echando la vista atrás y cada vez apuestan más por recuperar tradiciones ya olvidadas como reciclar el aceite de la cocina para hacer jabón o confeccionar sus propias prendas de ropa.
Esta conciencia sobre lo limitado de los recursos ha afectado incluso a la forma de gestionar las tareas domésticas y ha atraído al público hacia las lavanderías automáticas.
En la actualidad, el consumidor es mucho más consciente de lo que era antes de lo costoso que es poner una lavadora en casa. No hay que tener en cuenta únicamente el precio de la lavadora, que puede estar o no amortizada, sino también otros factores como el precio de la luz y el agua necesarias para lavar la ropa y el gasto en detergentes.
Para aquellos que se preocupan ahora más que nunca por ahorrar, las lavanderías automáticas son la mejor solución para conseguirlo. Una familia media puede ahorrar hasta 1.000 euros al año si hace su colada fuera de casa.
Pero no se trata sólo de dinero.
Utilizar lavadoras industriales de gran tamaño, como las que hay en este tipo de establecimientos, ayuda a que la cantidad de agua jabonosa que se vierte al medio ambiente sea menor.
Y por si todo esto fuera poco, en estos establecimientos se consigue ahorrar un recurso que es verdaderamente limitado, tiempo.