Los detergentes y la ropa ¿amigos o enemigos?
Cuando pensamos en los detergentes y la ropa a priori podemos pensar que son dos conceptos que van unidos, pero lo cierto es que un mal uso del detergente puede acabar estropeando las prendas.
A la hora de elegir un detergente no hay que dejarse guiar únicamente por el precio, hay que prestar especial atención a la calidad del mismo y a sus ingredientes, así como al uso que se le va a dar.
Los expertos aconsejan que para hacer bien la colada deberíamos tener tres tipos de detergente: detergente en polvo para la ropa blanca, detergente para prendas de color y un detergente para prendas delicadas.
El detergente en polvo suele contener agentes blanqueantes, lo que ayuda a que las prendas blancas mantengan su tono durante más tiempo. No obstante, a veces el blanqueante del detergente no es suficiente y hay que añadir algún producto blanqueador.
En el caso de la ropa de color, usar un detergente inadecuado puede hacer que los colores pierdan su intensidad lavado tras lavado. Un detergente especial para prendas de color evitar las transferencias de color (no al 100%) y al contener menos agentes blanqueantes evita que los colores pierdan su luminosidad.
Los detergentes para prendas delicadas tienen un pH más neutro y esto hace que causen menos daños en aquellas prendas que requieren de un mayor cuidado, como ocurre con la lana.
Además de elegir bien el detergente hay que saber dosificarlo. La cantidad de detergente a usar depende de varios factores, entre ellos la cantidad de ropa que se va a lavar, el grado de suciedad de la misma y el grado de dureza del agua (si tiene más o menos cal).
Si se usa demasiado detergente o hay demasiada ropa en la lavadora y no puede moverse adecuadamente, es probable que queden en las prendas restos de jabón.