La crisis ha agudizado el espíritu emprendedor y la franquicia lavandería autoservicio se ha posicionado como uno de los negocios más interesantes para todos/as aquellos que quieren entrar en el mundo empresarial.
Una de las grandes ventajas de la franquicia lavandería autoservicio es que es un negocio con una gestión sencilla que permite ofrecer a los clientes servicio durante todos los días del año sin necesidad de tener empleados y sin necesidad de que el franquiciado esté en el local. Se trata de un negocio que funciona de manera autónoma y que por tanto es fácil de compaginar con otra actividad empresarial o profesional y con la vida familiar del emprendedor.
A diferencia de lo que ocurre con otras franquicias, montar una lavandería autoservicio no requiere de una gran inversión y además si se tiene un local en propiedad es una buena manera de sacarle rentabilidad.
Las lavanderías autoservicio se han convertido en un elemento común en las calles de ciudades y municipios. Se trata de un negocio en plena expansión cuya demanda no hace más que crecer y ese es otro de los factores que está atrayendo a los emprendedores hacia el mundo de la franquicia de lavandería autoservicio.
A todo ello hay que añadir que se trata de un negocio muy rentable. Cuando las máquinas están paradas no consumen nada y el mayor gasto de luz y el gasto de agua se producen cuando hay un cliente usando las lavadoras y/o secadoras, lo que permite obtener rentabilidad desde el primer minuto.
Tampoco hay que olvidar que la ausencia de empleados en este tipo de establecimientos hace que la gestión sea muy sencilla y que no haga falta tener conocimientos empresariales o del sector de las lavanderías para conseguir tener un negocio que funcione y sea rentable. Se trata por tanto de un negocio apto para todo tipo de emprendedores.