Las franquicias de lavandería, como es el caso de La Wash, se expanden cada día más. A los consumidores este tipo de establecimientos han dejado de parecerles algo propio de las películas norteamericanas y cada día son más los que se animan a usar este tipo de servicios. El público de la franquicias de lavandería es en realidad muy diverso. En las grandes ciudades y zonas turísticas es frecuente ver a turistas nacionales y extranjeros usando este tipo de establecimientos para lavar y secar su ropa. En los últimos años se ha multiplicado el número de personas que viven solas. Para estas personas tener una lavadora puede carecer de sentido ya que no acumulan demasiada ropa sucia como para que les merezca la pena invertir en el electrodoméstico, jabones, suavizantes, etc. Es por ello que cada vez con más frecuencias estas personas se están convirtiendo en el público habitual de las franquicias de lavandería. Pero también las parejas y las familias se están animando a usar las lavanderías autoservicio. Ahora en caso de que se rompa la lavadora ya no hay que estar esperando a que la arreglen o a comprar una nueva para lavar toda la colada, sino que pueden acudir a una lavandería autoservicio y dejar su ropa limpia y seca en apenas unos minutos, evitando la acumulación de ropa sucia en casa. También las amas y los amos de casa están descubriendo las ventajas de este tipo de establecimientos y es que lavar artículos de grandes dimensiones como los edredones, es más barato y rápido si se hace en una lavandería autoservicio que si se hace en una tintorería tradicional. El poder acudir a cualquier hora y prácticamente cualquier día del año y no tener que esperar demasiado para llevarse a casa la ropa limpia y seca, así como el fácil funcionamiento de las máquinas, son factores que están atrayendo a un público cada vez mayor a las lavanderías autoservicio.