En España hasta hace unos años no estábamos acostumbrados a las lavanderías autoservicio, y su sola mención nos recordaba a lo que habíamos visto en las películas americanas, que con frecuencia reflejan estos espacios como algo un tanto descuidado. Pero las tendencias en el servicio de lavandería autoservicio son muy diferentes.
Las lavanderías automáticas se han convertido ya en algo muy habitual en el paisaje de muchas de nuestras ciudades, demostrando que no se trata de lugares oscuros o descuidados, sino todo lo contrario.
Se intenta en la medida de lo posible que los establecimientos de lavandería sean lo más luminosos posible, de ahí que tengan grandes ventanales. En cuanto a la decoración, suelen escogerse colores vivos que mejoren el estado de ánimo de quienes acuden a hacer su colada.
Lo que nunca falta son las instrucciones sobre cómo funciona el servicio de lavandería. Para que cualquiera que acuda a uno de estos establecimientos por primera vez pueda ponerse al tanto de lo que tiene que hacer.
Aunque se trata de un servicio automatizado, se busca que el cliente se sienta lo más a gusto posible mientras lava y seca su ropa.
Por eso es común que estos establecimientos cuenten con una zona de descanso en la que poder esperar. En algunos casos también incorporan máquinas en las que los clientes pueden comprar algún refrigerio para hacer más amena la espera.
En cuanto a las lavadoras y secadoras, se ha impuesto el color acero, que da al local un aspecto limpio y moderno.
Para completar las instalaciones, en aquellos locales que son más grandes y tienen más espacio libre, también se suele instalar una zona de doblado de ropa, para que los clientes puedan dejar toda su colada lista antes de irse a casa, de modo que al llegar lo único que tengan que hacer sea guardar la ropa en los armarios o plancharla.