Hasta no hace demasiado tiempo el perfil del emprendedor en España era el de un hombre de mediana edad, pero en los últimos años el perfil del nuevo empresario ha cambiado mucho, hasta el punto de que casi no podemos decir que haya un perfil medio del emprendedor español. Hoy por hoy encontramos a personas de todas las edades y condición que se deciden a dar el paso y entrar en el mundo empresarial.   Emprender siendo joven tiene muchas ventajas. Una de ellas es que es una buena manera de entrar en el mercado laboral, máxime cuando la tasa de desempleo juvenil es tan alta. Sin embargo una de las desventajas de emprender siendo joven es que no se suele disponer de un capital ahorrado para invertirlo. Sin embargo, gracias a las ayudas y subvenciones, puede sortearse este inconveniente. Aunque obtener financiación por parte de un banco para iniciar un nuevo negocio es más sencillo si el emprendedor está respaldado por una franquicia rentable, lo cierto es que los bancos siguen siendo reticentes a la hora de prestar dinero, especialmente a los jóvenes. Por ello las Administraciones Públicas cada vez son más conscientes de la necesidad de establecer mecanismos de financiación alternativos que permitan a los jóvenes emprendedores poner su negocio en marcha. A nivel de Comunidad Autónoma existen un gran número de ayudas y es difícil encontrar hoy por hoy una Comunidad Autónoma que no disponga de ayudas económicas para los jóvenes emprendedores. A nivel estatal también se ha tratado de reforzar la presencia de los jóvenes en el mundo empresarial, para ello se han establecido diferentes programas de ayudas y no solo económicas sino también a nivel de asesoramiento. Por último, a nivel europeo también suelen aprobarse planes de impulso empresarial para los jóvenes que son gestionados por los diferentes Estados miembros.