El equipamiento para lavandería autoservicio ¿qué hace falta?

Los establecimientos de lavandería suelen ser de pequeño tamaño y aún así en ellos es posible encontrar todo el material necesario para poder hacer la colada de la forma más cómoda posible.

En el equipamiento para lavandería autoservicio está claro que las grandes protagonistas son las lavadoras y las secadoras.

En este tipo de establecimiento se utilizan dispositivos de carácter industrial con capacidades de carga superiores a las que puede tener cualquier lavadora o secadora doméstica.

En función del tamaño que tenga el establecimiento lo normal es que haya al menos dos lavadoras y otras tres secadoras, cada una de ellas con capacidades de carga diferentes.

La caja de pago es otro elemento imprescindible. En ella los clientes no sólo hacen el pago del servicio y eligen el programa de lavado, también adquieren el detergente y el suavizante. Lo habitual es que estas cajas automáticas de pago acepten tanto efectivo como tarjeta de crédito. Los modelos más avanzados incluso permiten el pago a través del teléfono móvil.

Lo que tampoco falta suelen ser carteles en las paredes en los que se indica claramente la forma de funcionamiento de las máquinas.

Aunque los ciclos de lavado y secado son cortos, entre el equipamiento para lavandería autoservicio no puede faltar una zona de descanso para que los clientes se puedan sentar a esperar a que finalice su colada.

Si el establecimiento es lo suficientemente grande también se puede incluir alguna máquina de bebidas frías o calientes para amenizar la espera, elementos que a la vez son una fuente extra de ingresos para el local.

Tras lavar y secar su ropa los clientes tienen que doblarla para poder llevársela cómodamente a casa y evitar que se arrugue. Por eso entre el equipamiento para lavandería autoservicio tampoco suele faltar una zona para doblar la ropa.

Con estos elementos el local está listo para abrir al público y entrar en funcionamiento.