Las franquicias baratas, también conocidas como low cost, se han puesto muy de moda en los últimos años. Han sido la solución que muchos emprendedores han encontrado para poder poner un negocio en marcha sin necesidad de tener que invertir demasiado.
Pero las franquicias baratas, ¿son una opción viable?
Ahora que lo peor de la crisis ha pasado, son muchos los que se preguntan si de verdad las franquicias baratas son una opción viable. A algunos emprendedores el hecho de que este tipo de negocios no les pidan grandes cantidades de dinero para entrar les genera algunas dudas.
El modelo de franquicia tiene la gran ventaja de ser muy adaptable y ha sabido amoldarse muy bien a las circunstancias durante los últimos años.
Reduciendo los gastos a lo mínimo esencial, las empresas han conseguido ofrecer un modelo de negocio que resulta mucho más accesible desde el punto de vista económico.
La viabilidad no depende tanto de la inversión inicial que haya que realizar como del tipo de negocio de que se trate, la demanda que tenga el producto o servicio ofrecido, la ubicación del establecimiento, etc.
Sin embargo, la mayor parte de las franquicias low cost han sabido posicionarse en sectores estratégicos que están en pleno crecimiento y con productos o servicios no estacionales. Es decir, que se han centrado en ofrecer algo que el público demanda ahora, pero que seguirá demandando con el paso del tiempo.
Un buen ejemplo de ello son las lavanderías autoservicio. Hace unos años era raro ver un establecimiento de este tipo en España y ahora hay cientos de locales.
La demanda de este tipo de servicios se ha incrementado en los últimos años y sigue creciendo y es precisamente de este fenómeno del que se deriva la rentabilidad de las franquicias que operan en este sector.
Por tanto, hay que desterrar la idea de que una franquicia que exige una gran cantidad de inversión inicial será más rentable que una franquicia low cost.