Las peluquerías y las lavanderías autoservicio
Hay pequeños negocios en los que por su propia actividad cada día se acumula una gran cantidad de prendas que es necesario lavar. Es lo que ocurre por ejemplo en las peluquerías.
Después de una jornada de trabajo es normal que se acumulen un buen número de toallas y capas para lavar. Prendas que además deben secarse rápido para poder ser utilizadas lo antes posible.
Es frecuente que muchas peluquerías tengan su propia lavadora en el local o bien que el dueño del negocio se lleve las prendas sucias a su casa para lavarlas. Pero esto implica un importante gasto en luz y en agua.
Precisamente por ello la relación entre las peluquerías y las lavanderías autoservicio se está estrechando en los últimos tiempos. Para los dueños de este tipo de negocios resulta más sencillo prescindir de lavar sus prendas en una lavadora doméstica y optar mejor por las lavadoras y secadoras industriales que encuentran a su disposición en las lavanderías automáticas.
Las lavadoras de las lavanderías autoservicio tienen mayor capacidad que las domésticas, por lo que se pueden lavar conjuntamente las toallas y capas de varios días de trabajo. Además, las secadoras dejan todas estas prendas secas y debidamente higienizadas.
En apenas una hora se puede tener lista toda la colada de una peluquería, lo que supone un gran ahorro de tiempo además de un considerable ahorro de dinero.
En un pequeño negocio todo ahorro es importante, por pequeño que sea.
Por eso no es de extrañar que cada día sea mayor el número de dueños de peluquerías y de otros pequeños negocios que acumulan gran cantidad de ropa para lavar, como por ejemplo los restaurantes, que acuden a las lavanderías automáticas para tener todas sus prendas listas de la forma más rápida posible y con el mayor ahorro posible.